Tuesday, June 1, 2021

Fuerzas renovadas


Terminé mis quimioterapias y sentí un soplo de vida y esperanza que no puede venir de nadie más que de Dios. De pronto sentí muchas ganas de vivir al máximo y de disfrutarlo todo y cada instante. Y es que mientras estuve en tratamiento, si bien éste fue muy amable conmigo, cada semana pasó como en una rutina compleja que pude hacer con mucha disciplina para sacarle lo mejor al tratamiento, pero que me previno de vivir al 200%... le tuve que meter 2da porque era una carrera de resistencia. It paid off... valió la pena... aquí estoy, entera. Y aunque el cuerpo se ha quedado un poco dañado, el alma ha quedado intacta. 


La oración, caminar y meditar, tendría que decir fueron las armas poderosas para combatir los pensamientos negativos, las emociones obscuras y ,sobre todo, la duda. Mi escudo contra el miedo, hoy me doy cuenta, fue mi padre Dios y mi espada fue mi madre María.

Habiendo terminado esta etapa de 3 largos pero rapidísimos meses, vuelvo mi cara al pasado y veo que siempre fue su mano la que me sostuvo... en los días difíciles, me dio el aliento que necesitaba; en los días buenos, me regaló la esperanza de un mejor mañana y en todos los demás, me dio disciplina y determinación para hacer lo que me tocaba. 

Hoy, que ha finalizado esta primera etapa del tratamiento, no puedo más que agradecer a Dios por terminar en saldo positivo. Me he quedado sin cabello, pero he ganado fortaleza. Mi rostro se ha llenado de marcas y manchas, pero he ganado una seguridad personal que no pensé jamás poder alcanzar. Perdí capacidad mental  pero gané inteligencia emocional. Mi cuerpo ha quedado cansado, más gordito y dañado, pero me he hecho más sabia. 

Agradezco los regalos de este caminar. Soy mejor hoy que ayer. 

Fuiste tú, Señor, el que me sostuvo estos meses y el que hoy me regala esta claridad para ver que tu fidelidad, una vez más, no falló. Cargaste la cruz conmigo. Te dolió más que a mi, absorbiste los golpes para que yo saliera bien librada. 

Han pasado solo 4 días desde que mis quimioterapias terminaron y no he dejado de hacer planes... y no es que no quiera vivir el presente, porque ya lo estoy haciendo, sino porque no quiero que se me escape ni un segundo de vida. Me permitiste renovar fuerzas y ahora quiero vivirlo todo. Quiero vivir completa. Quiero gastarme hasta el alma en este mundo que hoy me toca recorrer... ¿cuánto me queda de vida? Solo tú lo sabes Señor, pero no pierdo la calma pensando en eso... la pierdo en buscarte y encontrarte en cada paso que doy, en cada momento... 

Que no descanse Señor, hasta encontrarte. Que viva como si fuera a morir... porque el premio eterno no está en esta tierra ni en mi casa, sino allá arriba, contigo.





1 comment:

  1. Eres un gran ejemplo de vida y fortaleza en la fe, gracias por compartir y llenarnos de tu energía y tu luz a quienes te rodeamos y leemos con todo el amor que a diario cosechas. KM

    ReplyDelete