Sunday, December 26, 2021

Todo es parte del plan

 Ya estaba escrito que me daría cáncer.

Mientras estudiaba la carrera, durante mis segundas prácticas profesionales escribí, junto con mi amiga Lore, un manual para pacientes con cáncer de mama en etapas tempranas. ¿Coincidencia? No lo creo… ¿ironía? Sin duda. Y cuando corrí el maratón compré un  top que decía “fighter” y traía un lazo rosa, para apoyar la lucha contra el cáncer de mama. ¿Coincidencia? Tampoco lo creo. 


No había escrito en mucho tiempo. La verdadera lucha del cáncer no se acaba cuando terminan las quimios o cuando terminas la reconstrucción física, ni después de la mastectomía. Ni tampoco cuando te dicen que ya no hay cáncer. Hay una batalla emocional que se viene cuando te das cuenta que te pudiste haber muerto. Cuando las fuerzas se te acaban y empiezas a sentir los efectos de las quimios, los esteroides, te das cuenta que ciertas partes de tu cuerpo “ya no sienten”, cuando te ves al espejo y no te reconoces; cuando ya no te pueden canalizar porque tus venas se quedaron dañadas; cuando la gente se empieza a alejar porque “ya estás bien” y “lo lograste”. Cuando empiezan los efectos secundarios del bloqueo hormonal y entre ellos hay cansancio extremo, chemo brain que no se va, tristeza que se convierte en una depresión que no puedes detener… depresión que llega como un tsunami a destruirlo todo, todas esas fuerzas que tenías y que te hacían vencerlo todo. De pronto te encuentras vulnerable sin saber cómo moverte de este lugar obscuro.

Hoy agradezco la paciencia de quienes me rodean y que han sentido mi “ausencia”. Agradezco por quienes no me juzgan sino que me acompañan en silencio, en medio de esta tormenta que en ocasiones no sé ni cómo explicar.

Y es que uno se siente bendecida de estar viva, de eso no tengan duda, pero hay muchas preguntas que vienen cuando tuviste la muerte frente a ti y no te moriste… ¿Por qué no me morí? ¿Qué te debo, vida?

Llevo 3 semanas sintiéndome un poco mejor y el pensamiento se me empieza a aclarar, poco a poco. Tengo fe de que este dolor y esta lucha sean también temporales. Todo irá mejor. Siempre sale el sol.

No es coincidencia todo lo que me ha pasado y lo que he vivido, hay un propósito y bendigo mi camino por más duro o suave que este sea. 
Mi mirada fija en mi Dios, Él sabe lo que hace. Como barro en sus manos, me dejo moldear… aunque en momentos me haya tocado besar el suelo, más de una vez, porque no me pude poner en pie… 

Me tenía que dar cáncer. Tenía que vivir esto. Tenía que morir un poco o un mucho, para volver a aprender a vivir.

Me sacudo las ropas y le sigo, aunque aún no sepa muy bien a donde voy. Voy un día a la vez… una batalla a la vez. 

"Pues aun vuestros cabellos están todos contados. Así que, no temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos." Mateo 10, 30-31