Tuesday, February 2, 2021

3 días

Sucedieron tantas cosas en mi interior, que estimo no me alcanza la conciencia para abrazarlo todo y entenderlo parte por parte. De pronto fue como saltar en caída libre y no alcanzar a detenerme para pensar y reparar que estábamos frente a eso que habíamos deseado y por lo que habíamos trabajado. Noches en vela que se redujeron a 3 días... la inexplicable batalla de demostrarte digna; de demostrarte entera, lista y completa. ¿Existe ese estado? 

Hay una catarata de pensamientos y emociones inexplicables en el proceso de entregar una carpeta con mil papeles, hacer entrevistas, exámenes, más exámenes, cursos, charlas y más exámenes, para que un grupo no mayor a 10 personas decida si eres apta para ser madre. Es como ir a una entrevista de trabajo para la que no podrías haberte preparando porque no sabes de qué trata el trabajo, cómo es el empleador, qué requiere el puesto o siquiera si tienes “madera” para ello... solo sabes que tienes que ir con TODO porque te estás jugando tus sueños, una corazonada o como yo lo he sentido: un llamado. “¿Estaré haciéndolo bien?” Te invaden las dudas... 


Y entonces, ese día llegas y te lo juegas TODO porque aunque no sabes si tienes lo que buscan; si tienes lo que se requiere o si eres lo que ellos necesitan, tu llegas con lo único que tienes: tu SER. Llegas con el corazón en las manos y dispuesta a todo. Te sientas frente al escritorio, metes las dos manos en tu pecho, sacas el corazón y lo pones en frente, ahí palpitando para que lo vean y lo juzguen... como en una vitrina sin cristal. Se los pones en las manos para que lo pesen, lo abran... te vulneras y dejas que vean tus heridas, tus caídas, tus triunfos y toda tu vida... abres las puertas de par en par y les dejas penetrar tu alma... permitiéndoles sentirte, tocar tus paredes y probar su fortaleza, sabiduría, capacidad de amar y de sanar. Mientras te observan, no puedes dejar de pensar: ¿Estaré siendo suficiente? ¿Estará muy marchito mi corazón? ¿Serán estos brazos dignos de una vida nueva? ¿Y si no? ... 


Te encuentras ahí, muerta de miedo pero de pie, porque si has de morir tendría que ser luchando. Cuestionando cada segundo de tu vida y muy asustada, respondes a cada pregunta lo mejor que puedes... no te detienes, estás DISPUESTA A TODO. Con miedo a que me preguntaran si sabía cambiar pañales (porque no sé) pero dispuesta a contestar “puedo aprender”... como si con eso bastara para ser mamá. “¿Con eso bastaría Dios?” Me pregunto en las noches... ¿Con qué te bastaría, Padre?


Y en mi obscuridad me pregunto “¿Será que conmigo la pasaría peor?” “¿Será que está mejor sin mi?” Me respondo sola: “ponlos en los brazos de quien cure sus heridas, de quien sepa amar, aunque no sea yo... aunque no seamos nosotros.” Me recuerdo que el derecho es de ellos, no mio. Repito: EL DERECHO ES DE ELLOS, NO MIO; NO NUESTRO.


No sé si será suficiente esto que hay aquí adentro, pero es honesto. Soy yo, es mi ser completo y es mi corazón, tal vez medio roto, con sus parches y cicatrices, pero palpita por vivir.


Y así, en tres días terminó todo.


Se queda un sueño colgando. Ilusiones en un cajón, medio contenidas con el día a día, pero al alcance de un pensamiento... Al descubierto han quedado muchas dudas, miedos y sombras... no creo ser la única. Quien sea que desnude su alma en 3 días para permitir ser juzgada “idónea” o no para ser madre, creo que se sentiría igual que yo. ¿No?


Ese día recogí mi corazón y lo volví a poner en su lugar, aquí adentro. Lo guardé un poco con pena, con vergüenza y humildad; pidiendo perdón, de antemano, por no ser digna de esa vida que ya existe... pero me queda saber que tuve el coraje de párame ahí para pelear, luchar e intentarlo.


“¿Habrá sido suficiente?” “¿Seré suficiente?” Me pregunto cada día... solo el tiempo dirá.


Me corresponde, ahora, esperar confiadamente en Su amor y perfección. Será lo que tenga que ser. 


Señor: Ponlos en los brazos de quien cure sus heridas, de quien sepa amar, aunque no sea yo... aunque no seamos nosotros. Amén 🙏 




Sunday, November 8, 2020

Guardar un poco el corazón


Dolor. Dolor profundo que no se borra con nada. Que se apaga unos meses, pero regresa carcomiendo el alma.

No entender por qué o para qué. Tantas dudas que se despiertan. 

“¿Y eso no te hace sentir como que es tu culpa?” 

“¿No has pensado que esto te podría hacer sentir que vales menos?”

Recuerdo no entender las preguntas y quedarme un poco en blanco... me parecía tan ajeno, tan lejano. Pero hoy lo siento tan vivo, tan cerca y tan real... carcomiendo un poco la piel y devorando el alma.

Y es que uno se siente así: incompleta. Rota. Insuficiente. Mal hecha. Incorrecta. Cuestionando su propia existencia. Como con una culpa extraña que no tiene una fuente exacta. Simplemente defectuosa e imperfecta. Y aunque me esfuerce mucho por ser mejor cada día, por crecer, por dar mi mejor cara, por ser lo que quiero ser, por construir mis sueños... termino sintiéndome así: 

Incompleta. Indigna. Rota. Incapaz.

Pero hay que ser fuerte. Hay que seguir. Hay que levantar la cara. Se guarda uno un poco el corazón y los pensamientos, y le sigues...  tambaleante, sintiendo que no vas a llegar a la siguiente calle, pero le sigues porque es lo único que sabes hacer: SEGUIR CAMINANDO Y LUCHANDO. 

Te limpias un poco el polvo de las caídas... te sacudes las ropas y sigues... no te detienes, porque la vida no se hizo para vivirse en un solo lugar, ni para lamentarse y mucho menos para quejarse. Y aunque sabes que duele el alma, no puedes detenerte a llorar. No estás hecha para eso. 

¿Será la fe? ¿Será la ilusión de la promesa de un mejor mañana? ¿Será que aprendimos que la vida es más que sus obstáculos y que a pesar de todo vale la pena vivirla? ¿Será que somos más fuertes de lo que pensábamos?

Hay que seguir caminando. Peleando. Luchando. Viviendo. 

Un día entenderé por qué o para qué, mientras tanto seguiré caminando y luchando... construyendo mis sueños, descubriendo nuevos caminos...  aunque me equivoque, aunque sea profundamente imperfecta, incorrecta e indigna. Aunque siga siendo incapaz de lograr cosas maravillosas o increíbles. Seguiré intentándolo. Seguiré siendo yo, así con todas mis imperfecciones e imposibilidades. Cada día. Todos los Días. Hasta que la vida se me acabe.

En días como hoy, guardo un poco el corazón, apago un tanto más los pensamientos, me sacudo las ropas y sigo... la vida debe continuar. Bien vivida. Bien peleada. Agotando el alma en cada suspiro. 

Un día a la vez, aunque en alguno de ellos sea solo esto: una mujer de hojalata.








Sunday, August 23, 2020

Dar VIDA.

Entendí que no todos estamos llamados a la misma vocación… y no es que haya yo perdido la fe, más bien la encontré. La encontré en la paz de entender que los planes que tiene Dios sobre mi vida, son más grandes de lo que mi mente alcanza a construir o idear. 

Ha sido un camino complejo, diferente… en ocasiones doloroso, confuso y desconcertante. Pero hace poco platicando con una amiga, simplemente lo entendí. Como mujer, como persona, como esposa y profesional estoy llamada a DAR VIDA. Así, con mayúsculas: DAR VIDA… pero uno no sabe la forma en la que le tocará dar vida. Algunos tienen hijos, otros se vuelcan en sus trabajos, otros crean asociaciones y algunos más simplemente intentan dar vida en su día a día, a través de cada uno de sus actos.

Estos últimos meses, a mí me tocó darle vida a mi padre… supe que estaba su vida en mis manos cuando me tocó buscar avión para traerlo aquí… luego a través de la toma de decisiones con los médicos para darle más posibilidades de vivir y finalmente al verlo recuperarse, pudiendo ya caminar, comer y pensar claramente. Ha sido un “dar a luz” desde mi trinchera. A través de mi papá y al platicar con familias, amigos o completos desconocidos, sobre cómo enfrentar el COVID-19 e ir acompañando a algún familiar enfermo, he sentido cómo he podido dar vida, luz o alivio (aunque sea poquito) y no podría estar más agradecida con Dios por ese regalo. Le pedía a Dios ser madre, le pedía poder traer un hijo al mundo y ciega a las necesidades del mundo, me dio la lección más grande… hay mucha vida por cuidar AQUÍ y AHORA, en nuestro mundo lastimado y lleno de corazones tristes o preocupados.  

Yo no sé si podré ser madre biológica algún día… las estadísticas nos dicen que no y lo entiendo. Por eso, AGRADEZCO a Dios la bendición que me ha dado estos meses de pandemia, a través de este proceso con mi papá y el COVID-19, de ENTENDER, REFLEXIONAR y ACEPTAR que dar vida va más allá, MUCHO MÁS ALLÁ de ser madre. 

Es tiempo de confiar en que Dios nos pone en donde tenemos que estar y ser dóciles a sus planes. Tenemos que tener un corazón CONTENTO (aunque esto no implica ausencia de dolor) porque su fidelidad es infinita y NO nos abandona.

En el entendimiento y la aceptación de nuestro aquí y nuestro ahora, está la paz… 

Tal vez no seré madre nunca, pero eso JAMÁS limitará mis GANAS de DAR VIDA. Hoy entiendo el llamado. Tomaré mi cruz CON AMOR y lo seguiré.


¡Es tiempo de lanzar las redes!



Friday, September 27, 2019

A quien no ha llegado y no sé si llegará

Este texto era una deuda que tenía conmigo misma… de alguna forma pareciera que es muy pronto para escribirlo, pero por otra parte no, y explicaré por qué. 



Han pasado 25 meses… 25 intentos… 25 veces que con mucha ilusión te esperamos, pero no llegas. No llegas porque no es tu momento o tal vez porque nunca llegarás, eso sólo lo debe de saber Dios. Estos últimos 5 han sido los más pesados y los más peleados, en donde decidimos dejarlo todo en la cancha, cada fibra de nuestro ser volcada a ti, nuestro más grande y hermoso proyecto. Pero no llegas, nos dejas así con el corazón hecho pedazos cada mes, y tu no lo sabes, pero de sólo pensar que podrías llegar se nos ensanchaba el corazón y hacíamos planes en nuestra mente. Cada intento, cada vez, elegíamos tu nombre… si fueras hombre te llamarías Lucas Alberto y si fueras mujer, Fátima… y aún después de 25 meses seguimos peleando sobre tu segundo nombre, si fueras mujer. ¿Será que por eso no has llegado jaja?

En fin… ha sido duro esperarte, pelearte, buscarte y no encontrarte. Ha sido duro ver a tu papá triste, cansado, ilusionado y ver como se le rompe su hermoso corazón cada vez que decides no llegar. Estos últimos meses han sido particularmente más difíciles, por todo lo que hemos hecho para intentar encontrarte… y en el proceso he aprendido muchas cosas que hoy te quiero contar, por si un día decides llegar, que puedas leerlas y que te puedan ayudar en tu vida y en tus propias batallas… y por si no decides llegar, para que allá en donde estés, sepas que nos enseñaste muchas cosas, aún sin que llegaras.

Quiero decirte que, si un sueño llega a tu vida, LUCHES, LUCHES MUCHO… porque todo lo que hace que vibre tu corazón VALE LA PENA, aunque te cueste todo lo que tengas… LUCHA, LUCHA hasta el cansancio… hasta que tu corazón te diga que lo has dado todo. Y si el dolor es muy grande, y ves que ese sueño no se cumple, a pesar de haberlo entregado todo, BUSCA A DIOS, porque solo en él tu corazón encontrará reposo y fuerza para seguir. No busques el camino solo, pídele a tu madre en el cielo que te acompañe y a Dios que te ilumine en tus pasos… sólo ellos te podrán aligerar la carga y te llevarán a puerto seguro.

Quiero decirte que si la lucha te desgasta, si la lucha te hace sentir cansado… si tu corazón ya no puede más, si ya lo has dado todo… entonces abandónate en Dios… entrégale todo. Entrégale tu dolor, tu sufrimiento, tu lucha, el gran amor que impulsó esa lucha y déjalo en Sus manos. Vas a sentir mucha culpa, porque tal vez pensarás que no luchaste lo suficiente, pero a veces, hay que reconocer que ciertas cosas no están en nuestras manos, están en unas mil veces más grandes que las nuestras… Los planes de Dios son misteriosos y hay preguntas para las cuales NUNCA obtendremos respuestas.

Te doy estos consejos porque, si un día decides llegar, quiero que pelees por todo lo que te propongas, que LUCHES por todo eso que haga vibrar tu corazón… pero también quiero que seas FELIZ, con lo que la vida te mande… con las batallas, dificultades y bendiciones que Dios ponga en tu camino. Quiero que pase lo que pase, SEAS FELIZ.

Estos días, que descubrimos de nuevo que no llegabas, pensé en esto… en que este dolor, esta lucha, este sueño, ya no es nuestro por cumplir… es de Dios por conceder, de acuerdo a sus planes. Hoy bajo un poco las manos y decido entregarle a nuestro padre perfecto, esta ilusión. Es ahora suya… Acepto Sus planes, para poder vivir en alegría, gratitud y amor las maravillas que hoy tengo.


Seguirá viva mi esperanza, hasta el final… pero hoy entiendo y acepto, que será lo que Dios quiera, como Dios quiera y cuando Dios quiera.


Wednesday, July 31, 2019

Escribir. Al parecer escribir es la única forma en la que consigo liberar la mente y acomodar el corazón, con cada una de sus emociones. 


Ha sido un mes interesante, un mes de recibir muchos NO, de pocas probabilidades y de incertidumbre; pero en el mejor estilo de Dios, también ha sido un mes de muchas gratificaciones, de mucho amor, de tiempo disfrutado, de tiempo bien invertido y de puertas que se abren, aún sin mostrar un rumbo fijo, pero que se abren y dan esperanza.

No me termino de acostumbrar al NO de la vida, al NO de Dios… intento asimilarlo, con la mucha o poca fe que pueda llegar a tener, pero resulta siempre difícil.

No es el momento.

No es tu tiempo.

No pudiste.

No lo lograste.

No va por ahí tu camino.

De pronto llegan nuevos tiempos, con sus voces, con sus ritmos y nos toca adaptarnos. Y cada NO implica un duelo que tienes que hacer rápido porque no hay tiempo, porque la vida sigue y porque no te puedes detener. Unas horas de llanto, de silencio, de duda, de reflexión y ya está… hay que seguir, no hay tiempo para más y aunque lo haya, tampoco lo quieres desperdiciar estando en el piso tirada llorando. Y corres, le sigues, porque nos enseñaron a enfrentar la vida, con todo y todo. Y te sientes cansada, golpeada, frustrada, decepcionada, como cuando te caes corriendo y te raspas las manos, las rodillas, estas llena de tierra y despeinada; pero no te puedes detener, porque tienes que llegar al final, aunque ese final no sepas cuál es… sólo sabes que hay más camino que recorrer y te sacudes las manos, las ropas, las rodillas, haces unos estiramientos para asegurar que no haya lesiones mayores y vuelves a correr… con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas... para volver a dejarlo todo en la pista. Aunque no sabes a donde te llevará el destino, aunque no puedes ver la señal de meta, aunque no sabes si habrá una meta que cruzar. Pero corres, porque es lo que sabes hacer y no vas a dejar ni una gota de esfuerzo en la reserva… ya estás ahí y hay que darlo todo.

Yo creo que así es la vida, toda ella, con muchos NO, con muchos SI y con momentos de incertidumbre. Creo que las situaciones difíciles sólo intensifican los matices propios del vivir y pues de pronto eso es un regalo, porque vives más, porque vives intensamente, porque ya no te la cuentan y al menos puedes decir que ESTAS VIVIENDO.

Gracias por los NO, me están haciendo más fuerte. Gracias por los SI, me han dado esperanza.


Tuesday, July 16, 2019

Abrir puertas, construir nuevos caminos…

Al entrar a una nueva fase de mi vida, reflexiono sobre lo difícil que es dejar ir lo que construimos con tanto amor, pasión y esfuerzo. No me sorprende que ni siquiera pude despedirme. Simplemente me fui…

Estoy convencida de que fue la mejor decisión, sin embargo, tener esa certeza no significa que fue fácil tomar este nuevo camino o que no causó dolor.
Cuento la misma historia una y otra vez en mi cabeza, aunque la que más la ha escuchado es mi psicóloga: el trabajo ha sido la única cosa estable que he tenido en mi vida, y es (a mis ojos, desde mi lugar oscuro y vulnerable) la única cosa que he hecho muy bien, por lo que de repente decir adiós (incluso si es temporal y por un propósito más grande) es una sacudida fuerte. 

Las últimas dos semanas he estado creando nuevas oportunidades para mí y he descubierto que las personas cercanas a mi corazón, no me quieren por mi carrera o por los objetivos que logré. He aprendido, poco a poco, que me aman por lo que soy y lo que represento en sus vidas y por lo que ellos representan en la mía. Me he encontrado en una alegría especial al descubrir que han visto más allá de mis logros (que pueden no ser muchos para algunos, pero para mí realmente son suficientes). Me ha sorprendido que nada ha cambiado en estos días entre nosotros <3... Mis amigos siguen siendo mis amigos, mi familia todavía me ama, y me atrevo a pensar que en verdad no les podría importar menos mi carrera (haha) y creo que mi esposo me admira aún más :D. ¿Quién hubiera pensado que lo que yo creía me hacía tan especial, en realidad no era más que una pantalla que yo misma cree? ¡Qué regalo me ha dado la vida en estas dos semanas!

Durante más de 12 años dediqué mi vida al trabajo, a hacer crecer mi carrera de manera acelerada, a alcanzar grandes objetivos ... y lo logré, realmente hice todo lo que quería hacer. Me gusta pensar que tuve experiencias tremendas que me llevaron a conseguir el trabajo de mis sueños (mi último puesto). Y la vida es súper irónica porque me dio un puñetazo en el estómago que me obligó a poner todo en perspectiva y a ACTUAR RÁPIDO. De repente tuve que alejarme de ese trabajo soñado, de repente todo eso que un día fue tan importante, en ese momento se hizo pequeño. Y, por supuesto, uno quiere tenerlo todo, pero esta vez realmente tenía que elegir ... Y elegimos (porque no lo hice sola) este camino en el que ahora estoy dedicada a mi salud y a la búsqueda de un sueño que, aunque parece que se desvanece frente a nosotros, nos llena de esperanza. De verdad, no perdemos la fe. Esto no nos matará, lo sabemos, pero cada segundo, cada día tendremos que darlo todo para que no muera este sueño, para que siga viva la esperanza de poder cumplir el deseo de nuestro corazón. Que hermoso tener tiempo, aunque sea poco, para entregar cada fibra de nuestro ser en éste, el proyecto de nuestras vidas.
Seguirá siendo un camino cuesta arriba, en el que tendré dudas y enfrentaré el miedo en casi todos los pasos que dé. Abandoné las murallas que me protegían, que me daban “seguridad” y de pronto me encuentro así, desnuda en mi alma, frente al espejo, pero lista para la guerra. Sé que Dios está de mi lado y sé que me enseñará lo que tengo que aprender de esta batalla. Estoy aquí por una razón, por un motivo, así que me aseguraré de que cada paso que tome sea dado con firmeza, entereza y amor.

Estoy descubriendo un nuevo yo en esta tierra desconocida, plagada de incertidumbre. Tengo miedo, pero soy optimista sobre lo que traerá este camino. Hoy, me enfoco en la construcción de paz interior y fuerza. Hoy, me enfoco en aprender y descubrir nuevas formas de vivir y de darme a los que me aman, en especial a Mario. El trabajo me dio mucho, pero sé que la vida tiene más que ofrecer y estoy ansiosa por descubrirla y probarla. Espero vencer, espero lograrlo. Espero aprender y descubrir en mí misma, que tengo mucho más que ofrecer como ser humano y realmente espero que mi cuerpo reciba con amor este tiempo y cuidado que con tanto empeño le estamos dando... No puedo esperar el día en el que mire hacia atrás y pueda decir: "Lo logré, lo logramos".

Abrir puertas, construir nuevos caminos… Con los ojos fijos en Él, hoy nuestra esperanza esta puesta en los bienes del cielo, no en los de la tierra.



Monday, June 3, 2019

Tiempo

La vida es una ironía.

Una vida de intentar tener orden y hacer las cosas con sentido. 32 años vividos siempre con metas, objetivos claros y retos, muchos retos… porque si no vinimos a ser mejores a esta vida ¿a qué vinimos? Siempre ocupando el tiempo para hacerlo valer; para hacerlo memorable. Y de pronto te dan una noticia que te cambia la vida en 10 segundos. Todo lo que pensaste que podría ser, parece que no será… se ha ido y me quedo así, SIN TIEMPO. ¿Y de qué sirvió el orden previo? ¿De qué sirvió planear? ¿De qué sirvió ser precavida? ¿De qué sirvió elegir bien? ¿De qué sirvió darle un aparente orden racional a las cosas?

Es realmente chistoso e increíblemente irónico, que todo lo que pareciera que tiene un sentido, un orden y una razón, en 10 segundos se voltea, se acaba y se queda ahí... hueco, sin sentido, SIN NADA.

Se detuvo la vida esos 10 segundos y me reí, me reí profundamente, con lágrimas en los ojos porque, incrédula, TODO lo que pensé que había hecho bien resultó INUTIL. Y fue -es-, inútil porque YO NUNCA TUVE EL CONTROL. Uno hace lo que puede con lo que tiene, pero es una creencia irracional pensar que podemos controlar el resultado y el rumbo de nuestras vidas. Me da risa que somos tan estúpidos que nos atrevemos a decir: “viajaré en esta fecha para que no se me atraviese con aquel compromiso”, “empezaré la maestría en este momento para que no se me cruce con el viaje aquel”, “me embarazaré en este mes para poder ir a la boda de mi prima…” y ¿sabes qué? lamento decepcionarte, pero: ¡No sirve de mucho! Jaja DE VERDAD, LA VIDA NO ES TUYA, NI SUS RESULTADOS, NI SU TIEMPO... NADA.

Todo parece tan pequeño desde nuevos ángulos. Esa persona que te cae mal o que te hace la vida difícil, esa molestia del trabajo, ese corte de pelo que no te gustó, esa cara que te hicieron al entrar, esos kilos de más, esas estrías terribles, ese compromiso al que no quieres ir. De verdad TODO se convierte en nada, en un abrir y cerrar de ojos. Basta una pequeña noticia para que se ponga tu mundo patas para arriba.

En esa pequeñez me he encontrado estos últimos 15 días… y ahora, viendo todo TAN PEQUEÑO, TAN INSIGNIFICANTE, TAN BANAL; cancelo los planes que no quiero hacer, no voy a donde no quiero ir, digo lo que tengo que decir, abrazo a mi esposo y me rio con él a carcajadas, veo a mi mamá, a mi familia cercana, a mis amigas de verdad, salgo a tiempo del trabajo, tomo decisiones que había postergado para “un mejor momento”, hago ejercicio, como bien, duermo mejor, descanso… porque NO TENGO LA VIDA COMPRADA; porque hoy, en 10 segundos, al igual que hace 15 días,  me puede volver a cambiar la vida y al menos quiero que si esto sucede, pueda ya estar en un mejor lugar. No quiero que la vida me agarre desprevenida haciendo estupideces, y por estupideces me refiero a COSAS SIN IMPORTANCIA. Quiero que, si me pasa otra vez, me agarre ESTANDO DONDE QUIERO ESTAR, con la gente que AMO, haciendo lo que quiero hacer, siendo FELIZ y VIVIENDO PLENAMENTE… en un punto tal que si la noticia es que reciba es que moriré en esos mismos 10 segundos, NO ME ARREPIENTA DE NADA.

Ayer le pedí perdón a la última persona que me faltaba en mi lista. Hoy le dejo lo demás a Dios. Me cuido, me amo, decido en donde quiero estar, me quedo con la gente que más amo; oro, oro mucho y me abandono en los brazos del que todo lo puede. 
Hoy estamos en sus manos. Sé que él nos llevará a puerto seguro. Danos lo que nos quieras dar.

“¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!” AN