Una vida de
intentar tener orden y hacer las cosas con sentido. 32 años vividos siempre con
metas, objetivos claros y retos, muchos retos… porque si no vinimos a ser
mejores a esta vida ¿a qué vinimos? Siempre ocupando el tiempo para hacerlo
valer; para hacerlo memorable. Y de pronto te dan una noticia que te cambia la
vida en 10 segundos. Todo lo que pensaste que podría ser, parece que no será…
se ha ido y me quedo así, SIN TIEMPO. ¿Y de qué sirvió el orden previo? ¿De qué
sirvió planear? ¿De qué sirvió ser precavida? ¿De qué sirvió elegir bien? ¿De
qué sirvió darle un aparente orden racional a las cosas?
Es realmente chistoso e increíblemente irónico, que todo lo que pareciera que tiene un sentido, un orden y una razón, en 10 segundos se voltea, se acaba y se queda ahí... hueco, sin sentido, SIN NADA.
Se detuvo la vida esos 10 segundos y me reí, me reí profundamente, con lágrimas en los ojos porque, incrédula, TODO lo que pensé que había hecho bien resultó INUTIL. Y fue -es-, inútil porque YO NUNCA TUVE EL CONTROL. Uno hace lo que puede con lo que tiene, pero es una creencia irracional pensar que podemos controlar el resultado y el rumbo de nuestras vidas. Me da risa que somos tan estúpidos que nos atrevemos a decir: “viajaré en esta fecha para que no se me atraviese con aquel compromiso”, “empezaré la maestría en este momento para que no se me cruce con el viaje aquel”, “me embarazaré en este mes para poder ir a la boda de mi prima…” y ¿sabes qué? lamento decepcionarte, pero: ¡No sirve de mucho! Jaja DE VERDAD, LA VIDA NO ES TUYA, NI SUS RESULTADOS, NI SU TIEMPO... NADA.
Todo parece tan
pequeño desde nuevos ángulos. Esa persona que te cae mal o que te hace la vida difícil,
esa molestia del trabajo, ese corte de pelo que no te gustó, esa cara que te
hicieron al entrar, esos kilos de más, esas estrías terribles, ese compromiso al
que no quieres ir. De verdad TODO se convierte en nada, en un abrir y cerrar de
ojos. Basta una pequeña noticia para que se ponga tu mundo patas para arriba.
En esa pequeñez
me he encontrado estos últimos 15 días… y ahora, viendo todo TAN PEQUEÑO, TAN
INSIGNIFICANTE, TAN BANAL; cancelo los planes que no quiero hacer, no voy a
donde no quiero ir, digo lo que tengo que decir, abrazo a mi esposo y me rio
con él a carcajadas, veo a mi mamá, a mi familia cercana, a mis amigas de verdad,
salgo a tiempo del trabajo, tomo decisiones que había postergado para “un mejor
momento”, hago ejercicio, como bien, duermo mejor, descanso… porque NO TENGO LA
VIDA COMPRADA; porque hoy, en 10 segundos, al igual que hace 15 días, me puede volver a cambiar la vida y al menos quiero que
si esto sucede, pueda ya estar en un mejor lugar. No quiero que la vida me
agarre desprevenida haciendo estupideces, y por estupideces me refiero a COSAS
SIN IMPORTANCIA. Quiero que, si me pasa otra vez, me agarre ESTANDO DONDE
QUIERO ESTAR, con la gente que AMO, haciendo lo que quiero hacer, siendo FELIZ y VIVIENDO PLENAMENTE…
en un punto tal que si la noticia es que reciba es que moriré en esos mismos 10
segundos, NO ME ARREPIENTA DE NADA.
Ayer le pedí perdón
a la última persona que me faltaba en mi lista. Hoy le dejo lo demás a Dios.
Me cuido, me amo, decido en donde quiero estar, me quedo con la gente
que más amo; oro, oro mucho y me abandono en los brazos del que todo lo puede.
Hoy estamos en sus
manos. Sé que él nos llevará a puerto seguro. Danos lo que nos quieras dar.“¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!” AN
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